No hay nada peor que la persona que no quiere ver. ¿No te pasó de estar en un trabajo que no te gustaba tanto y quejarte por la situación, pero tampoco hacer nada al respecto? Como si el pasar de los días de alguna manera tapara la realidad o la cambiara. Algo similar pasa hoy a nivel mundial con la contaminación de plásticos en nuestros océanos. Parecería que resulta más fácil -o más conveniente- no ver el problema, taparlo, evadirlo y esperar a que pase. Pero ¿cuál es el riesgo? No solo continuar contaminando nuestros mares sino también ir vías a extinguir nuestra fauna marina y sufrir eventuales problemas de salud para el ser humano.
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Así dice esa frase que venimos escuchando desde chicos y algunas de las causas pueden ser miedo, disgusto o pánico. Pero cuando del planeta hablamos, me inclino a preguntarme qué pesa más en la balanza ¿la conveniencia o la inversión de recursos para solucionar un problema? -te lo dejo para que lo respondas vos-. Creo que es clave destaparnos los ojos y empezar a ver que tenemos un problema ambiental enorme y que tenemos que actuar ya.
¿Escuchaste hablar de las “islas” o manchas de basura en los océanos?
No imagines islas físicas sino más bien una porción del océano repleta de basura casi invisible. Con el pasar del tiempo, los residuos plásticos se transforman en pequeñas partículas de microplásticos que miden menos de 5 mm -dificultando su limpieza- y que luego la fauna marina confunde con comida, ¿se lo imaginan?
Las corrientes marinas forman estas “islas” de basura en el mar y hoy hay 5 en el mundo: en el Pacífico Norte y Sur, Atlántico Norte y Sur, y en el océano Índico. Los productores de toda esta contaminación descomunal somos nosotros: los seres humanos. Sí, así como lo lees. No solo llegamos a esta situación por un ineficaz sistema de gestión de residuos, falta de conciencia y educación ambiental sino también por permitir la venta de productos de coméstica e higiene que contienen dentro -además del envase plástico- microplásticos diminutos que no pueden ser retenidos por los sistemas de filtración de agua y terminan en nuestros ríos y mares.
La isla de basura más grande está en el Pacífico entre Hawai y California y, en esa área de alrededor de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, se concentran alrededor de 80.000 toneladas de plásticos. El impacto ambiental es terrible y la contaminación de plásticos -como redes de pesca, bolsas, botellas- provoca que cientos de especies marinas mueran en el mundo por la ingesta de plástico o incluso por accidentes mortales provocados por el mismo.
Sin contar que, eventualmente, esta contaminación también afecta al ser humano. ¿Cómo? Los peces primero ingieren estos plásticos casi invisibles y luego cuando comemos un plato de pescado pasa al sistema digestivo del ser humano. Incluso, según la ONU, algunos estudios aseguran que el 90% del agua embotellada y en el 83% de la de grifo, contiene partículas de plástico.
Les comparto algunos datos según la ONU para que reflexionemos juntos. Fijate bien las cifras y recordemos “no hay peor ciego que el que no quiere ver”:
🌊 Cada año al menos 13 millones de toneladas de plástico termina en los océanos del mundo.
🦆 Cada año, 1 millón de aves marinas muere por ingerir plástico.
🥤 Cada minuto, se compran un millón de botellas de plástico.
👎 Aproximadamente la mitad de todos los residuos plásticos que terminan en los océanos provienen de China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam.
🐠 Se estima que para el 2050 haya más plásticos que peces en los océanos.
🆘 Cada año, se producen 300 millones de toneladas de residuos plásticos.
💦 Los ríos que transportan más de 90% de los residuos plásticos que llegan a los océanos son: Yangtsé, Indo, Amarillo, Hai, Nilo, Meghna, Brahmaputra, Ganges, Perla, Amur, Níger y Mekong.
100 islas para el 2020
Parley for the Oceans -organización sin fines de lucro- creó un espacio colaborativo donde creadores, pensadores y líderes se unen para generar conciencia sobre la belleza y fragilidad de nuestros mares. Recientemente, hicieron una alianza con la marca de cerveza Corona para concientizar sobre la contaminación de plásticos en los océanos, organizar movilizaciones de limpieza de playas y además ir por un objetivo más ambicioso: proteger 100 islas para el 2020 comenzando por las regiones claves de México, Maldivas, Australia, Chile, Italia y República Dominicana.
¿Qué podemos hacer como individuos, sociedad y habitantes de este planeta?
Me alegra saber que hoy muchos gobiernos ya avanzaron con políticas públicas de reciclaje, campañas de concientización e incluso ya existen varios países y ciudades que han declarado la prohibición 🚫 de plástico de un solo uso.
Recientemente el Parlamento Europeo aprobó la ley que prohíbe los plásticos de un solo uso -como cubiertos de plástico, platos de plástico, pajitas de plástico, entre otros artículos- para el 2021.
En nuestro país, Argentina, la ciudad costera de Pinamar fue la primera que aprobó una ordenanza que prohíbe el uso de plásticos de un solo uso, normativa vigente desde diciembre de 2018. Por otro lado, Mar del Plata también decretó la prohibición de utilización pajitas, vasos, envases y cubiertos de plásticos de un solo uso en vigencia desde abril de 2019. Villa Gesell también se encuentra en la lista al impulsar la nueva normativa para prohibir los plásticos de un solo uso -hoy en etapa de adaptación-, vigente a partir de noviembre de 2019. El sur del país tampoco se quedó atrás, la ciudad más austral del mundo –Ushuaia– aprobó la ordenanza para prohibir los cubiertos, platos, vasos y envases descartables, además de las pajitas en locales gastronómicos, aún en estado de adaptación, y en vigencia a partir de junio de 2019.
El desafío ambiental es ENORME, pero hace falta de todos para hacer la diferencia, no solo algunos. Se necesita el compromiso de toda la humanidad, del primero hasta el último. Hacen falta políticas públicas, involucramiento de todos los países del mundo, empresas y además de cada uno de nosotros.
Hoy te invito a que reflexionemos, a que nos destapemos los ojos, a que seamos más responsables, a que tomemos más conciencia y consigo más acción para lograr un mundo más sostenible.
Como siempre me gusta ir a lo práctico y ver qué podemos hacer desde nuestro lugar, te dejo algunas acciones que podemos empezar a tomar para evitar que los plásticos terminen en nuestros océanos.
REPENSÁ TUS HÁBITOS
Cuando empezás a empaparte de conocimiento y a tomar más conciencia, es ahí cuando empezás a cuestionarte tus propios hábitos y a tomar acciones que tienen concordancia con lo que crees. Reflexiona sobre tu consumo, ¿es necesario? ¿qué tipo de envases tiene? ¿hace falta tanto packaging? son algunas preguntas por las que podés empezar. Te invito a reflexionar sobre el plástico que te rodea en tu vida diaria y desafiarte a reducirlo. Por supuesto, hay algunos casos que son necesarios, pero otros vas a ver que pueden cuestionarse.
RECICLÁ BIEN, INFORMATE
Hoy existen muchísimas personas que todavía no reciclan y cuando se termina ese pote de plástico de dulce de leche, automáticamente lo tiran a la basura orgánica. ¡No! Frenemos con esa lógica de no tomar responsabilidad de nuestras acciones y empecemos a darnos cuenta de que cada acción que tomamos -positiva o negativa- tiene un impacto en nuestro planeta.
Separá tus residuos en orgánicos y reciclables. Y, si tenés balcón, terraza o jardín, podés hacer compost, así no solo generas menos basura sino también generas abono (tierra fértil) que podés usar para tus plantas. Lavá bien tus reciclables, separalos, infórmate. Ojo, no es cuestión de reciclar a lo loco sino encontrar el equilibrio de consumir a conciencia lo necesario, ¡es un camino y un proceso!
EVITÁ EL CONSUMO DE PLÁSTICO DE UN SOLO USO
Decir “No, gracias” es también educar y llevar conciencia al mundo. Algunos ejemplos son los típicos platos, vasos y cubiertos de plástico que se usan para un cumpleaños, por ejemplo, o bien, la “pajita” -o el sorbete- que muchos comercios gastronómicos imponen en bebidas como licuados, tragos, jugos de naranja y son completamente prescindibles.
¿Cuál es el problema?
El plástico no es capaz de degradarse sino que se descompone en las partículas que mencionaba antes: los microplásticos. Los plásticos de un solo uso representan el 70% de los residuos que están en los océanos.
De a poco, se va generando más conciencia en este tema y, como les contaba antes, hay varios países y ciudades que están sancionando leyes para prohibir su uso. Incluso, en la cuarta asamblea medioambiental de la ONU en Nairobi (Kenia), más de 200 países se comprometieron a reducir el uso de plásticos de acá a 2030. Paso a paso, lo importante es seguir insistiendo.
Te propongo como ejercicio que dediques un día para ver cómo el plástico rodea tu vida, cuáles son necesarios, cuáles podés reducir y cuáles podés evitar. El cambio empieza por uno, ¿no?